La consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía,
Fuensanta Coves, estuvo ayer en El Puerto de Santa María para
presidir el acto de cesión a la Diputación Provincial de la nueva
maquinaria móvil para la recogida y reciclaje de escombros, que se
ubica en una antigua cantera de la Sierra de San Cristóbal. Se trata
de la primera instalación de este tipo existente en la comunidad
autónoma andaluza, en cumplimiento de las directrices que se
incluyen en el Plan Director de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos
de Andalucía aprobado en el año 99 y según anunció la consejera,
poco a poco se irán instalando plantas similares en el resto de las
provincias.
La nueva planta móvil de tratamiento de escombros, cuya
explotación ha sido adjudicada por la Diputación para un periodo de
quince años a la empresa Áridos Reciclados del Sur conformada a
su vez por las empresas Verinsur y Bahía San Kristóbal ha
costado a la Junta de Andalucía 185 millones de pesetas y cubrirá la
demanda de las localidades de la Bahía de Cádiz, la Sierra y la
Costa Noroeste. La provincia produce al año una media de 317.000
toneladas de escombros, aproximadamente la mitad de los cuales se
generan en la Bahía, y según explicaron los responsables de la
empresa Aresur, para que la nueva planta resulte rentable tendrá que
tratar al año unas 220.000 toneladas de materia inerte como
mínimo.
Las instalaciones que serán gestionadas por Aresur en la Sierra
de San Cristóbal incluyen una planta de clasificación, reutilización
y reciclaje de escombros y una instalación para la recuperación
ambiental y paisajística de la antigua cantera, denominada de Las
Cruces. Esta última tiene una extensión de 252.000 metros cuadrados
y ha sido explotada durante años como fuente de áridos. Esta antigua
cantera servirá para el depósito controlado de escombros y albergará
la maquinaria, de fabricación inglesa, que se empleará en el proceso
de reciclado de la materia inerte. Una vez transformados los
escombros entrantes, la empresa adjudicataria de la planta se
encargará también de vender el producto ya reciclado,
fundamentalmente a empresas del sector de la construcción.
El tipo de materiales que tendrán tratamiento con esta nueva
maquinaria serán los escombros procedentes de obras de demolición,
de reformas y de obras civiles. Para que los materiales que lleguen
a la cantera sean tratados en la misma tendrán que cumplir una serie
de requisitos, que vienen recogidos en la legislación vigente. Así,
se aceptarán tan sólo aquellos residuos inertes que procedan de
construcciones o reformas, es decir, tierra, yeso, cemento,
ladrillo, hormigón o cascotes.
El material que se obtenga tras el proceso de reciclado se
dividirá en dos tipos, el destinado a la comercialización y el que
no se podrá vender. El primero será un árido de gran calidad que se
podrá emplear en la colocación de bases en carreteras y vías de
comunicación, rellenos y explanaciones urbanas, escolleras,
sustratos para repoblaciones forestales, rellenos para arcenes y
zanjas, muros compactados, pistas forestales y caminos rurales,
etc.
En cuanto a los productos reciclados no comercializables, se
verterán en la cantera para lograr finalmente su regeneración. El
objetivo es que cuando concluya el periodo de explotación de la
cantera y ésta carezca ya de valor industrial, este espacio se
reconstruya dejándolo en el estado más parecido posible a como se
encontraba antes del inicio de las extracciones. Como explican desde
Aresur, el relleno de la cantera se realizará de manera planificada,
siguiendo unos criterios topográficos para la recuperación de los
perfiles originales.
Entre las autoridades que asistieron a la presentación de la
nueva planta móvil se encontraban, además de la consejera de Medio
Ambiente, el delegado del gobierno andaluz en la provincia, José
Antonio Gómez Periñán, los delegados provinciales de Cultura y de
Medio Ambiente, Josefa Caro y Sebastián Saucedo, el presidente de la
Diputación Provincial, Rafael Román, el alcalde portuense, Hernán
Díaz, y el ex-vicepresidente de la Diputación, Luis Silva, entre
otros, además de responsables de la empresa adjudicataria.
El gerente de Aresur, Miguel Angel Rodríguez, anunció que hoy
mismo se mantendrá una reunión para establecer las tasas que se
cobrarán a los usuarios por depositar los escombros en las nuevas
instalaciones de manera que, una vez consensuadas, se podrá comenzar
a dar servicio esta misma semana.
La empresa adjudicataria ha realizado una inversión para la
puesta en marcha de las instalaciones de 80 millones de pesetas, al
margen de los 185 millones que ha aportado la Consejería en la
adquisición de la nueva maquinaria.
En las instalaciones de la Sierra de San Cristóbal trabajarán
unas 16 personas. El gerente de la empresa concesionaria del
servicio quiso agradecer tanto a la Consejería de Cultura como al
colectivo ecologista el apoyo prestado en todo momento al proyecto,
a pesar de las críticas aisladas que ha recibido por haberse situado
tan próximo al yacimiento arqueológico de Doña Blanca. Miguel Angel
Rodríguez insistió en que se trata de una planta totalmente
respetuosa con el Medio Ambiente y que regenerará la zona
paisajísticamente.
De hecho, con la autorización y puesta en marcha de estas
instalaciones se pretende desde la Administración evitar la
proliferación de vertederos incontrolados, impidiendo la aparición
de escombreras ilegales que no ofrezcan garantías para la
reutilización de los materiales.
Durante la presentación de las nuevas instalaciones y de la
maquinaria, se realizó una demostración práctica del funcionamiento
de la planta. Una de las posibilidades que presenta la
infraestructura cedida ayer por la Junta a la Diputación es que,
precisamente por ser una maquinaria móvil, podrá trasladarse a
cualquier otro punto de la provincia en caso de considerarse
necesario, si bien las instalaciones están planteadas para prestar
servicio desde la Sierra de San Cristóbal durante los 15 años de la
adjudicación por ser un lugar estratégico para atender la demanda de
buena parte de las localidades de la provincia, sobre todo de la
Bahía que es la zona que genera un mayor número de residuos de obras
y materiales inertes.